La ciudad de Cateura, situada cerca de Asunción (Paraguay), está construida en su mayor parte sobre un vertedero. Toneladas de basura llegan todos los días este lugar, para muchos habitantes el único sustento económico. La cantidad de basura, el nivel de pobreza y la tasa de delincuencia juvenil no parecían el escenario ideal para emprender (sin pretenderlo) un proyecto pionero de sostenibilidad, pero el mundo genera historias que superan la ficción. El origen de este proyecto fue casual: un día, el recolector de basura Nicolás Gómez (Colá) encontró los restos de un violín en la basura. En lugar de desecharlo, decidió recomponerlo, creando un violín a partir de los residuos. Fue el primero de muchos instrumentos.
Flautas realizadas con tuberías, cucharas y chapas, violonchelos fabricados a partir de barriles de aceite… La basura es la materia prima con la que la formación de la “Recycled Orchestra” interpreta desde los Beatles hasta Metallica. Una muestra de que, bajo un tratamiento adecuado, los residuos no solo no son algo de lo que desembarazarse, sino que pueden convertirse en una herramienta clave para reinventar el planeta. Sin olvidar, eso sí, el objetivo principal: reducir la producción de estos en la medida de lo posible.