El capitalismo es una máquina formidable de producir bienes, pero ya no es capaz de garantizar los procesos de reproducción social:esto es lo que Nancy Fraser ha llamado "la crisis de los cuidados" capitalista. Las relaciones negativas se vuelven visibles en las decisiones conscientes o las prácticas inconscientes que llevan a cabo muchos hombres y mujeres con el objetivo de no entablar vínculos estables o de evitar la procreación, así como con el considerable incremento que han registrado los hogares unipersonales a lo largo de las últimas dos décadas.pág,40
La libertad personal se ejerce de manera incesante por vía del derecho a no involucrarse en relaciones, o bien a desvincularse de ellas, un proceso que podríamos denominar "elegir la deselección" optar por el abandono de las relaciones en cualquiera de sus etapas.pág,37
Las prácticas de no-compromiso y no- elección permiten a las corporaciones retirarse velozmente de una transacción y realinear los precios de manera instantánea, lo cúal, a su vez, les posibilita formar y cambiar rápidamente las lealtades, renovar o modificar con celeridad las líneas de producción y despedir trabajadores sin grandes obstáculos.Todas estas prácticas son prácticas de no-elección.La elección, que fue el lema temprano del "capitalismo sólido", se ha metamorfoseado así en la no-elección, es decir en la práctica de ajustar las preferencias individuales"sobre la marcha" o de no entablar ni buscar relaciones o compromisos en general, ya sean de índole económica o romántica. pág,38
Uno de los hombres trasladó sutilmente el ámbito del consumo al ámbito de las emociones, en un deslizamiento por el que equiparó el estilo de vida a la intimidad emocional y basó la elección de la pareja en la epistemología de la elección consumista:una cuestión relacionada con el cultivo de los gustos y la subjetividad. Dado que en aquel momento se encontraba en pleno proceso de refinar su gusto, de cambiar su yo, este hombre pensó que alguien ajeno a su nuevo estilo de vida sería una elección emocional inapropiada.Su decisión ilustra con particular acierto la provocativa afirmación de Adam Philips y Leo Bersani, según la cúal "saber lo que se quiere es una incitación a la violencia".Dado que la epistemología de las relaciones se organiza en torno a gustos, pasatiempos y consumos cultivados a conciencia, una relación se evalúa como una elección vinculada al estilo de vida, como una preferencia de consumo.El descarte de personas es así intrínseco al continuo ejercicio del gusto,en cuyo marco el gusto se refiere tanto a los bienes de consumo como a la elección de una pareja.pág,194
Simone de Beauvoir expresa con acierto este argumento desde una perspectiva estrictamente fenomenológica:
Nuestro cuerpo no está plantado de entrada en el mundo a la manera de un árbol o una roca.Vive en el mundo;es nuestro modo general de tener un mundo.Expresa nuestra existencia, lo cual no significa que sea un acompañamiento externo de nuestra existencia, sino que nuestra existencia se realiza en él.pág,307
"Este libro indaga las condiciones sociales y culturales que explican lo que ha pasado a ser una característica común y corriente de las relaciones sexuales y románticas: el acto de abandonarlas. El 'desamor' es un terreno privilegiado para entender de qué manera la intersección entre el capitalismo, la sexualidad, las relaciones de género y la tecnología produce una nueva forma de (no) sociabilidad."