miércoles, 7 de agosto de 2024

EL COLIBRÍ--SANDRO VERONESI

 Una vez dijo una cosa que a Marco le pareció muy reveladora y lo ayudó  a comprender la decisión de su hija:para enhebrar una aguja, en Occidente dirigimos el hilo de nosotros hacia fuera, mientras que en Japón lo hacen al revés, dirigen el hilo de fuera hacia sí. En esto estaba toda la diferencia, dijo el Migaja;en Occidente las cosas se hacían de dentro afuera, y en Japón, de fuera adentro.pág160


EL COLIBRI | SANDRO VERONESI | EDICIONS DEL PERISCOPI | Casa del Libro


Según declaraciones de un miembro de su personal al periódico de moda Notorius, Prince no permitía que sus empleados lo miraran." Vi que despedía a uno porque lo miró", dice el empleado, que guarda el anonimato ."Este por qué  me mira? Decidle que se vaya". En Estados Unidos tienen una expresión para designar esta forma de provocación:eye- contact. A  aquel desgraciado le costó el trabajo, pero probad a  mirar al que tenéis al lado en cualquier local de mala fama del Bronx."Qué hiciste para acabar así?" 

"Eye - contact"La filósofa francesa Baldine Saint Girons,dice que el acto estético consiste en entrometerse;mirar es tocar a distancia;las miradas son cuerpo.Son todo lo contrario de pasivas.

Todos los días recibimos cientos de miradas y  a nuestra vez miramos a cientos de personas.La mayoría de las veces no nos damos cuenta de que nos miran ni los demás se dan cuenta de que los miramos.Por eso no ocurre nada y esas miradas no tienen consecuencias.

De pasividad, nada.

"Soy lo que veo", ha dicho Alexandre Hollan.El bombardero estadounidense Thomas Ferebee pidió a sus ojos que le indicaran el momento en que debían soltar la bomba sobre Hiroshima desde el avión Enola Gay, y esos mismo ojos vieron, unos momentos después, el hongo terrible que la explosión produjo. Eso significa que se entrometió. Hoy los estadounidenses usan bombarderos sin tripulación, llamados drones, que lanzan las bombas por orden del algoritmo que los gobierna. Sin una mirada directa nadie se entromete y nadie tiene la culpa.pág 234

jueves, 25 de julio de 2024

ALEJNDRA KAMIYA-LOS ÁRBOLES CAIDOS TAMBIEN SON EL BOSQUE

 Hay muchas cosas que no tienen nombre.

Ciertos momentos del día, como aquel rojizo entre la tarde plena de luz y la noche, ciertos gestos, ciertos ritmos, algunas partes del cuerpo, algunos colores como verdes que no son ni agua ni musgo.

Eso que no tiene nombre, existe.

Dejamos de nombrar a mi hermano el mismo día en que se fue de casa, cuando yo tenía ocho años. Y como si de un manotazo las hubiese arrastrado con él al olvido, algunas de sus cosas perdieron también el nombre.

Sé que los esquimales, de tanto ver la nieve, pueden distinguir y nombrar más de diez tipos de blanco. Yo aprendí a distinguir muchas formas diferentes  de silencio, pero a diferencia de los esquimales, no los nombré. pág88



El soldado Sato cava y a veces un recuerdo se cruza sin detenerse ni apurarse, como si se deslizara.Él solo lo mira. Una nube que pasa.

Sus guetta de niño. Recuerda sus pies flacos, abanicos de huesos de pájaro. Los recuerda en la tierra, en los arrozales, en la montaña , en el barro.Su madre encorvada lavando. Había algo en esa posición que lo entristecía. Los hombros adelantados, como si tuvieran que proteger lo que late dentro. Un cuerpo con forma de jaula. pág192


Debajo del párpado el ojo sigue abierto.César Fernández Moreno

Entre  a casa y me senté.Cuando mi cartera se apoyó en el sillón, la correa se deslizó por mi hombro, y cayó lentamente y en silencio sobre el fondo azul de los almohadones. No sé cuanto tiempo estuve así. Fue como estar sentada a la orilla de un río .pág278


lunes, 6 de mayo de 2024

DESDE DENTRO- MARTIN AMIS

Martin tenía dieciocho años, y caminaba justo después del anochecer por un suburbio lejano y marginado del norte de Londres cuando vió una ventana con luz en el primer piso de un edificio de altura media.Todo lo que podía ver era el respaldo azul oscuro de un sillón vacío. Y Martin pensó (palabra por palabra):"Eso bastaría. Aunque nunca llegara a escribir, terminar y publicar nada de nada, nunca, sería suficiente. Un sillón mullido y una lámpara común y corriente (y, por supuesto, un libro abierto).Eso bastaría. 
pág, 114


El largo artículo no trataba concretamente de masacres, por mucho que los días de sus personajes estuvieran - como es obvio  - contados.No, versaba sobre la irregular vida amorosa de los huéspedes de las residencias para mayores.
Hubo un tiempo en que a los ancianos y ancianas de estas residencias se les mantenía separados y bajo vigilancia ( en especial, tras la cena). En la actualidad tal práctica se considera anticuada. En las residencias danesas de hoy en día los sábados por la noche se proyectan películas porno y se alientan, con moderación, las citas clandestinas."En el caso de muchos ancianos frágiles", reconocía el reportero haciéndose eco de las preocupaciones de los médicos,"existía el riesgo de lesiones graves"; y "la cuestión del consentimiento"podía complicarse en caso de senilidad de una de las partes".
pág, 234

Aquel mar se negaba rotundamente a que se nadase en él, pero durante media hora avanzamos como arándolo, con paso vacilante, maravillándonos y riéndonos de su vehemencia...
Fui el primero en dar la vuelta y regresar a la orilla, y Saul me siguió; no lo vi caerse.
Cuando me giré estaba de espaldas en la zona menos profunda. Se levantó. Y se quedó allí plantado con la vista clavada en el mar. ¿qué había en esos ojos?... Me coloqué  a su lado y le vi la cara y la mirada penetrante , que permanecía fija.Sus ojos revelaban  respeto pero también desafío, y al tiempo encerraban una contracorriente de amenaza.
Saul jamás olvidaba un desaire o un insulto y ese océano, como sin duda admitiría, le había hecho caerse de culo. Si el Atlántico fuera un hombre o una mujer podría vengarse poniéndolo por los suelos en una novela. Pero las novelas, como la historia, se habían acabado.
pág 282


Saul se había estancado en la calma chicha de la demencia:en el estatismo eólico, Esa era una forma de imaginarlo. ¿Cúales eran las otras? Cuando me volvió a preguntar por Nat y Gus y volvió a preguntar una y otra vez por Nat y Gus, me dejó estupefacto el alcance de los estragos que lo asolaban;era como si lo hubiera devastado una horda de godos  o vándalos; todo lo bello o sagrado había sido saqueado o destruido. Pero aquí no existía mediación humana: el causante era insensible  e indiferente... En un momento dado caí en la cuenta de que al propio Saul se le había ocurrido la imagen más reveladora, y de ello hacía cuarenta años, en Herzog. Dice un célebre párrafo:
Se detuvo en la esquina  a observar el trabajo de la cuadrilla de demolición . La enorme bola de metal oscilaba hacia las paredes, atravesaba con facilidad el ladrillo e irrumpía en las estancias, mientras el lento peso curioseaba por cocinas y salones . Todo cuanto tocaba temblaba, reventaba, se derramaba.Una nube blanca, serena, de polvo de yeso se elevaba.
pág 290 


Saul aún sentía el calor de la carne de una mujer y aún era capaz de transmitir calor(fue una compañía cálida durante esa última velada). La presencia de Rosie siempre le producía un efecto balsámico y fortificante. Y quizá empezaba  a sentir el consuelo que el Alzheimer te pone delante como al descuido.
"A medida que el estado empeora- escribió John Bayley  en Elegía a Iris-, también mejora":cada merma reduce la conciencia de la pérdida.
Pero todavía faltaban por venir los delirios tropicales. Y se me hacía imposible dejar de pensar en los versos profundos de uno de los primeros poemas de Larkin:"Next Please"("El siguiente, por favor"):
Solo nos persigue un barco, 
uno desconocido
de velamen negro con un 
inmenso
silencio sin aves a remolque : 
en su estela las aguas ni se unen ni 
rompen
pág, 293


"Cuando un bebé tiene cáncer, uno piensa:¿A quien se le ha ocurrido esta idea?¿Qué dejadez celestial puede haber dado lugar a esto?"Ahí va, el chiquillo de cuatro o cinco años, guiado por el celador de la bata azul. El color azul: el cirujano, el anestesista, todo el personal de enfermería, el trabajador social. Con sus gorritos azules y sus cepillos, parecen un ramillete de nomeolvides(...)
pág 378


La tía Esme  parece que está bien, pero tiene un defecto nefasto.Se niega a creer que no sea 16 de mayo de 1958. Fui allí una tarde de verano y la tita Esme ya andaba mosca, porque estábamos a treinta y cinco grados. No hacía más que repetir: "No es propio de mayo este tiempo." Que por lo visto era lo mismo que decía cuando la nieve los dejaba aislados...Hasta que después de la comida, la mujer se encontró la cuenta del lechero en el felpudo, con el sello bien marcado del 1 de agosto de 1977. Total que empezaron  a darle vahídos y ataques y todo el mundo gritaba:¡traed el periódico! ¿Dónde está el periódico? Se referían a un ejemplar del Daily Mail del 16 de mayo de 1958 que tenían guardado para tales casos.
"

Cuando por fin lo encontraron y se lo enseñaron, ella sonrió toda ufana y se serenó: por fin un poco de sensatez...Se ovilló en una butaca con aquella reliquia amarillenta y quebradiza del Daily Mail. El titular rezaba:"LA URSS LANZA EL SPUTNIK III".
Y gorgoteaba regocijándose.
-...ida sí, pero tenía razón .
pág,428