Charlotte Gaingsbourg |
martes, 30 de abril de 2013
miércoles, 24 de abril de 2013
LA PANTALLA GLOBAL(Gilles Lipovetsky-Jean Serroy)
En la segunda mitad del siglo aparecieron otras técnicas de difusión de la imagen que acabaron añadiendo más pantallas a la tela blanca de las salas oscuras. Para empezar, la televisión, que ya en los años cincuenta empieza a penetrar en los hogares; y en el curso de las décadas siguientes las pantallas se multiplican exponencialmente : la del ordenador, que no tarda en ser personal y portátil; la de las consolas de videojuegos, la de internet, la del teléfono móvil y otros aparatos digitales personales, la de las cámaras digitales y otros GPS. En menos de medio siglo hemos pasado de la pantalla espectáculo a la pantalla comunicación, de la unipantalla a la omnipantalla. La pantalla de cine fue durante mucho tiempo única e insustituible; hoy se ha diluido en una galaxia de dimensiones infinitas : es la era de la pantalla global. Pantalla en todo lugar y todo momento, en las tiendas y en los aeropuertos, en los restaurantes y los bares, en el metro, los coches y los aviones; pantallas de todos los tamaños, pantallas planas, pantallas completas, minipantallas móviles; pantallas para cada cual, pantallas con cada cual, pantallas para hacerlo y verlo todo. Videopantalla, pantalla miniaturizada, pantalla gráfica, pantalla nómada, pantalla táctil : el nuevo siglo es el siglo de la pantalla omnipresente y multiforme, planetaria y multimediática.
Surge entonces una toda una serie de preguntas : ¿qué efectos tiene esta proliferación de pantallas en nuestra relación con el mundo y con los demás, con nuestro cuerpo y nuestras sensaciones? ¿Qué clase de vida cultural y democrática anuncia el triunfo de las imágenes digitalizadas? ¿Qué porvenir aguarda al pensamiento y a la expresión artística? ¿Hasta qué punto reorganiza este despliegue de pantallas la vida del ciudadano actual? Pues es imposible no darse cuenta : con la era de la pantalla global, lo que está en proceso es una tremenda mutación cultural que afecta a crecientes aspectos de la creación e incluso de la propia existencia.
Surge entonces una toda una serie de preguntas : ¿qué efectos tiene esta proliferación de pantallas en nuestra relación con el mundo y con los demás, con nuestro cuerpo y nuestras sensaciones? ¿Qué clase de vida cultural y democrática anuncia el triunfo de las imágenes digitalizadas? ¿Qué porvenir aguarda al pensamiento y a la expresión artística? ¿Hasta qué punto reorganiza este despliegue de pantallas la vida del ciudadano actual? Pues es imposible no darse cuenta : con la era de la pantalla global, lo que está en proceso es una tremenda mutación cultural que afecta a crecientes aspectos de la creación e incluso de la propia existencia.
LEOLO(Jean- Claude Lauzon)
Críticas
- Insólita, cruda y
violenta poesía cinematográfica, Léolo es la historia de un niño de
imaginación desbordante que vive con su peculiar familia en un humilde
barrio de Montreal. Loco por su vecina, está convencido que nació de un
tomate fecundado por un italiano. En su onírico y surrealista mundo, la
realidad no deja de insmiscuirse a través del despertar de la adolescencia,
que provoca una riada de emociones llena de intensos contrastes. Así,
mezclando delirante ternura con la dura desnudez de la realidad más
deprimente, el malogrado Luzón consigue una maravillosa, diferente e
impresionante película que regala la más cautivadora visión de la infancia
que ha dado el cine moderno. Una obra singular e imprescindible.
Pablo
Kurt: FILMAFFINITY
- "El niño más
impresionante y enamorable de los últimos tiempos (...) una obra
maestra"
Carlos
Boyero: Diario El Mundo
- "Obra maestra,
película inolvidable"
Ángel
Fdez. Santos: Diario El País
- "Una de las voces
narrativas más cautivadoras que se hayan oido. Extraña, tierna, mágica,
escatológica y durísima historia de un niño"
Javier
Ocaña: Cinemanía
miércoles, 17 de abril de 2013
miércoles, 10 de abril de 2013
BELA TARR(Armonías de Werckmeister)
-La gente parlotea algo de un príncipe. -Para nada sr.Argyellàn.Ha llegado una ballena gigante. -Usted también debería verla. |
Armonías de Werckmeister es una de las
películas más bellas que he visto. La afirmación no es exagerada, lo digo sin
el más mínimo atisbo de duda. Cierto que no es film para cualquier momento,
pero si alguna vez les apetece un director que deja de lado
convencionalismos y clichés, descubrir una película distinta al cine
entendido como personajes-trama-desenlace aderezado de trucos de cámara o
efectos especiales, que no busca sólo el espectáculo de la acción para
entretenerse un rato, y desean ver una obra de arte filmada, poesía en blanco y
negro, lirismo desde la primera escena, adentrarse en un mundo de sensaciones,
muchas veces claustrofóbicas, opresivas, demenciales, hasta absurdas, pero a la
vez salvajemente hermosas, háganse con cualquier film del genio húngaro Béla
Tarr y disfrutarán de una experiencia tan radical como fascinante. Sólo he
tenido oportunidad de ver dos de sus películas: Sátántángo y Armonías de
Werckmeister, ambas inolvidables, sublimes, pero si no conocen ninguna de
ellas les recomendaría esta última que, a pesar de ser más breve (Sátántángo
dura 480 minutos, Armonías de Werckmeister algo más de 120), posee su mismo y
extraño pesimismo metafórico y a la vez una belleza visual extraordinaria,
realmente incomparable.
sábado, 6 de abril de 2013
jueves, 4 de abril de 2013
JULIO CORTAZAR(Rayuela)
… horas en que
me atormenta que me ames (cómo te gusta usar el verbo amar, con qué
cursilería lo vas dejando caer sobre los platos y las sábanas y los
autobuses), me atormenta tu amor que no me sirve de puente porque un puente
no se sostiene de un solo lado, jamás Wright ni Le Corbusier van a hacer un
puente sostenido de un solo lado, y no me mires con esos ojos de pájaro, para
vos la operación del amor es tan sencilla, te curarás antes que yo y eso que
me querés como yo no te quiero. Claro que te curarás, porque vivís en la
salud, después de mí será cualquier otro, eso se cambia como los
corpiños..."
Julio Cortázar.- Rayuela - Cáp. 93rma |
Fotografía:Phoebe Rudomiro |
lunes, 1 de abril de 2013
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