Los viejos perros Cipión y Berganza a lo largo de su periplo observan
desde su mudez toda la condición humana, toda la miseria, todo el
ridículo de los bípedos, y antes de que se les acabe la noche y les
desaparezca el don del habla, explican la realidad auténtica: que los
lobos son los pastores, que la defensa ofende, que los centinelas
duermen, que la confianza roba y el que nos libera nos mata.
No hay comentarios:
Publicar un comentario