Mark Landis copia principalmente pinturas desde niño, cuando tras haber visitado varios museos durante el día y conseguido sus catálogos, por las noches estaba solo en habitaciones de hotel de todo el mundo mientras sus padres se divertían fuera. Nos explica ha desarrollado “el truco de la memoria”, que para él es como una ilusión, es magia. Y desde hace décadas perfecciona su estilo, llevado también a memorizar diálogos de films, que también se han convertido en la base de su forma de actuar y enfrentarse a sus acciones cotidianas (“Mi código de conducta es el de El Santo”). Imitar le tranquiliza, porque le recuerda aquella infancia feliz, lejos de la solitaria vida que ahora lleva, más tras la muerte de una madre que se nos antoja pilar para su equilibrio mental.
No hay comentarios:
Publicar un comentario