El documental, basado en los últimos experimentos en psicología de la personalidad, nos afirma algo muy diferente. El hombre no es egoísta por naturaleza, sino todo lo contrario. El hombre es altruista por naturaleza: es la revolución altruista.
Para llegar a esta conclusión se experimentó con las reacciones de bebés de unos pocos meses ante determinadas situaciones en las que se les exponía a acciones contrapuestas, una egoísta, interesada o antisocial, y otra altruista y cooperativa. Los bebés siempre eligieron a aquellos sujetos que se comportaban de la segunda manera. No fue una reacción hacia los padres o hacia los cercanos, sino ante una situación que afectaba a personajes anónimos o desconocidos.
Las conclusiones filosóficas de estos experimentos se pueden resumir en que el supuesto egoísmo que todos observamos es por tanto una reacción cultural y aprendida, no innata. Lo natural es desear y buscar el bien hacia nuestros congéneres.
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