Ésta es la historia de Sigfried Meir, de Jean Sigfried, de Luis Navazo. Es la historia de un hombre que tuvo todas esas identidades, que fue un niño judío y huérfano en el campo de concentración de Mauthausen, que fue apátrida durante más de treinta años y que eligió convertirse en español por amor a Saturnino Navazo Tapia, el republicano español que lo cuidó en Mauthausen y se convirtió en su padre adoptivo tras la liberación del campo de concentración.
Como cuenta Meir en Después de la niebla, por todo lo vivido dejó de creer en Dios y en las patrias, aunque fue feliz en Francia y en España. Jamás, desde los siete años, volvió a Alemania, y se juró no volver a hablar su lengua materna. En Ibiza, cuando en un restaurante oye a alguien hablando en alemán, se cambia de mesa, y ha pedido a sus hijas que jamás estudien el idioma. Y piensa en una cita de Borges: "Yo no hablo de venganzas ni perdones; el olvido es la única venganza y el único perdón".
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