"Pero la conciencia no tiene presentes las leyes,ni el sentido común le interesa y atañe,sólo a cada conciencia su sentido propio,y esa línea tan delgada se difumina a menudo según mi experiencia,y ya no separa nada cuando desaparece,así que he aprendido a temer cuanto pasa por el pensamiento e incluso lo que el pensamiento aún ignora,porque he visto casi siempre que todo estaba ya ahí,en algún sitio, antes de llegar a él,o de atravesarlo. He aprendido a temer, por tanto,no sólo lo que se concibe,la idea sino lo que la antecede o le es previo.
Y así yo soy mi propio dolor y mi fiebre."
pag:30 Fiebre y lanza
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