Cuando la realidad es muy dura, puede pasar que suceda ante nuestros ojos, sin dar lugar a ninguna acción de parte nuestra, sin ninguna reacción ante la imposibilidad que sentimos de responder efectivamente. Parece incomprensible que, con tanto progreso y modernidad, se escondan en las grandes urbes, detrás de la opulencia y del orden, tragedias y comportamientos oscuros e injustos, en los cuales están atrapados miles de seres humanos, olvidados, sin que realmente haya mayor esperanza ni salida. El surrealismo permite una aproximación a esas realidades que queda impresa en el inconsciente y que puede ir dejando huellas de interpretación y de acción insospechadas, cuyos
alcances pueden ser más efectivos que las medidas directas y las visiones realistas.
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