Volverán a ver cómo el grano de la cosecha se encierra en la espiga y se agita sobre la hierba.
Enseñadles, de la caída al vuelo, los doce meses de su rostro,
Mimarán al vacío de su corazón hasta el siguiente deseo;
Pues nada ha naufragado ni se complace en las cenizas;
Y a quien sabe ver cómo la tierra se consuma en sus frutos
No le perturba el fracaso aunque lo haya perdido todo.
Bellísimo poema de "Los leales adversarios" de R. Char.
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