No obstante,no todo estaba bien;algo en mí, en mi interior,anulaba las perspectivas exteriores.
Yo veía todo ordenado,posible,realizado o realizable. Sin embargo era como si yo, yo mismo, pudiera generar el fracaso.Y he aquí que al mismo tiempo me juzgaba inculpable de ese fracaso,como si mis culpas fueran heredadas,y no me importaba demasiado:disponía como de una resignación previa, porque percibía que, en el fondo todos es factible pero agotable.pág,351
Saqué de mis ropas un papelito que se había ennegrecido en los bordes.Lo alisé sobre la pierna y escribí:" Marta, no he naufragado".
La última palabra quizá quedó escrita con rasgos confusos. La sangre del avestruz se había coagulado y ya no me servía.Puse el papel en el frasco. Lo tapé y lo arrojé al río. Después de la zambullida se alejó,boyando. Algo exterior,humano,una presencia influía en el ambiente a través de mí. Llevé la mirada a la barranca.
Un soldado me observaba, impávido como si fuera un testigo antiguo incapaz de sorprenderse. Pensé que aquel mensaje no estaba destinado a Marta ni a persona alguna exterior. Lo había escrito para mí.pág,667
Su trabajo como periodista hizo que fuera uno de los primeros
detenidos de la última dictadura militar. Antonio fue apresado
el 24 de marzo de 1976 en su despacho del diario Los Andes. Fue
torturado; cuando habló del tema dijo: «Creo nunca estaré seguro que fui
encarcelado por algo que publiqué. Mi sufrimiento hubiese sido menor si
alguna vez me hubieran dicho qué exactamente; pero no lo supe. Esta
incertidumbre es la más horrorosas de las torturas». Lo liberaron el 4
de septiembre de 1977. Estaba destrozado. Se fue a Europa.
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