La autora, Samanta Sweblin,
explora las posibilidades negativas que producen la tecnologías, en la vida
de las personas. Desde un niño que desea tocar la nieve y desea convertirse
en kentuki por completo, hasta una mujer que siente que el kentuki es como su
hija. Las barreras entre lo real y lo virtual se desarman y el muñeco es la
persona, y la persona es el muñeco.
Incluso, puede compararse con el programa de Gran Hermano. Recuerdo
que cuando teníamos DirectTv había unos canales, creo que eran tres, que
transmitían solo lo que “veían”, y de manera continua, unas cámaras fijas
instaladas en la casa del Gran Hermano. De esto hace unos quince (¿o más?) años
atrás. Como mi abuela hacía zapping, pasábamos de largo. Un día mi abuela quedó
inmóvil, con la boca abierta, sin poder entender qué pasaba. Una cámara había
sido puesta en el baño y ahora veíamos a un muchacho sentado en el inodoro.
Horas después, de nuevo pasando de largo, una mujer se bañaba. Cuando leía Kentukis se me venían las imágenes de
esas cámaras observando siempre. Recomiendo la película Truman Show para meterse en el mundo de los realities y lo que es
capaz de hacer un empresa de televisión para tener más rating. Blog Kerenverna
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