lunes, 30 de septiembre de 2013

LA DELGADA LINEA ROJA(Terrence Malick)

Una reflexión sobre el sinsentido de la guerra.

 La soledad y el vacío de unos hombres obligados a luchar contra un enemigo que en realidad son ellos mismos - "La oscuridad tras la luz, el conflicto tras el amor, son el producto de una sola mente, las facciones de un mismo rostro" reflexiona uno de los soldados al final del film - los trae a refugiarse inevitablemente en ellos mismos. El mensaje de Malick, de este modo, trasciende la crítica de la guerra y la violencia, incluso la defiende de posturas pacifistas, para elevarse a terrenos filosóficos y metafísicos. La voz en off que cierra el film es muy significativa en este sentido: "Oh, alma mía! Déjame entrar en tí, mira a través de mis ojos, contempla las cosas que creaste, mira como brillan". Por más que los hombres se obstinen en destruirlas, la paz, la belleza, la felicidad, la pureza, siempre continuarán existiendo.

domingo, 15 de septiembre de 2013

LAS HORAS(Stephen Daldry)

Ficción y realidad, pasado y presente, y vida y muerte se entrecruzan en una película que aborda el difícil cosmos femenino desde una complejidad realmente prodigiosa. La cinta comienza en Sussex durante 1941, en el mismo instante en que la novelista Virginia Woolf llena sus bolsillos de piedras y acaba con su existencia en el fondo del río. Desde ese instante, tres vidas, tres mujeres y tres épocas diferentes quedan vinculadas por la obra maestra de la escritora, "Mrs. Dalloway". La propia Virginia Woolf en la década de los veinte, Laura Brown, una ama de casa de los cincuenta y Clarissa Vaughan, una neoyorquina de la época actual que organiza una fiesta a un poeta enfermo, componen un desconsolado universo de infelicidad destructiva. Tres vidas en las que la frustración y la apatía hacen ineludible la necesidad de vivir una realidad ahogada por completo en el deseo de una existencia placentera, con la aceptación de la diferencia como signo de plenitud
La magnífica "Las Horas" narra tres vidas desposeídas de significado, tres mundos interiores de mujeres que viven según las reglas prescritas por un mundo exterior que no les comprende, pero que no coarta, ni obstaculiza. El muro infranqueable de la soledad es el motivo que encierra en su tristeza a estos frágiles seres que viven la cotidianidad con el deseo de rebeldía o de sueños imposibles como médula de su esperanza. En ese círculo de negligencia emocional quedan fuera aquellas personas que, en el fondo, significan la simplicidad de los sentimientos elementales que dan como consecuencia la incomprensión de las tres protagonistas y que interpretan unos excelentes Alison Janney, Claire Danes, Stephen Dillane o Ed Harris, personajes cercanos situados en una forzosa lejanía sentimental. Esta infecundidad vital hace que las piedras de Virginia Woolf sean extensibles a las píldoras de Laura o al prescindido amor de Clarissa Vaughan.

 
 Tres personajes a los que la felicidad estereotipada no les satisface y asfixia sus verdaderos ideales en la abismal línea que separa el bienestar de la desdicha, en la ambigüedad sexual en la que estos tres seres aman intensamente sin encontrar la opción de expresar abiertamente lo que sienten por miedo a perder la poca estabilidad que tienen. Sin embargo, en esta lucha, la superación de esta contrariedad queda subsanada con el suicidio, la huida y la aceptación en un final trágico que incuba en su interior una glorificación del optimismo y del destino. Como en la propia intencionalidad subversiva de Woolf, "Las Horas" podría verse como una oda al verdadero sentido de feminismo moderno, entendido como la superación de la mujer en la sociedad por obtener los objetivos morales y sociales entre los que se encuentra la felicidad plena.
 

lunes, 9 de septiembre de 2013

BRUCE WEBER(Let`s get lost)


Let's get lost nació de la fascinación de Weber por Chet Baker. El fotógrafo no sabía si quería hacer una película sobre el trompetista, pero sí sabía que quería estar cerca de aquel hombre y de su música. "Siempre me ha gustado la gente complicada y él lo era, y mucho. Todo el mundo tenía su historia sobre Chet y yo quería vivir la mía. Así que un grupo de jóvenes nos pegamos a él y le seguimos por el mundo. Era en sus horas bajas, su peor momento, y de alguna manera creo que le ayudamos. Para nosotros fue una experiencia vital". Weber pasó de la idea de unas fotografías sobre el músico a la de un cortometraje de apenas tres minutos, y de ahí a la película de más de dos horas que finalmente se estrenó y que en 1989, poco después de que Baker se arrojara por la ventana de un hotel en Amsterdam, lograba el Premio de la Crítica en el Festival de Venecia.
Una joya en blanco y negro en la que Baker habla, miente, bebe, besa, canta, explica cómo le rompieron los dientes o por qué de todas las drogas la que más le gusta es el speedball. Baker se enfada cuando le han fastidiado el subidón en una toma y canta como los ángeles en una fiesta en la que él piensa que nadie quiere escucharle. Entona "Almost me / almost you / almost blue", y es imposible no temblar. Habla él, hablan sus mujeres y hablan sus hijos. Una película con un extraño ritmo sexual, contagiada de la elegancia del hombre al que filmaban. "Es lo que ocurre cuando uno empieza con un documental sobre un personaje real; es imposible calcular la dimensión que puede tener el largometraje, no hay guión, no hay nada, sólo un personaje dispuesto a dejarse ver o no. A Chet le gustaba la cámara porque para él era como cantar, siempre seduciendo, y por eso la película creció casi sin proponérnoslo".



miércoles, 4 de septiembre de 2013

GUSTAV MEYRINK (EL GOLEM)


La historia que, de manera muy oblicua, se nos narra en esta obra, es la de Athanasius Pernath, un habitante del ghetto de Praga confusamente unido a la figura misteriosa del Golem y en cuyo relato se mezcla lo real con lo soñado o lo imaginado. Lo rodean otros personajes, algunos repulsivos, otros atractivos, otros que mezclan ambas cualidades, que giran y se agitan desordenadamente y contribuyen a la turbación del personaje, y del lector con él.

Pese a su título y a su relación evidente con la literatura fantástica, El Golem no es un libro de terror; su lectura no es fácil, y resulta, en ocasiones, complicado seguir el desarrollo de la historia, si es que hay alguno. La actitud correcta con la que enfrentarse a esta novela probablemente es, diría yo, la misma con la que hay que intentar penetrar un poema surrealista. Si se consigue superar la confusión inicial y aceptar las reglas propuestas por Meyrink, El Golem se transforma en una novela fascinante, una experiencia única para el lector.