La historia que, de manera muy oblicua, se nos narra en esta
obra, es la de Athanasius Pernath, un habitante del ghetto de Praga
confusamente unido a la figura misteriosa del Golem y en cuyo relato se mezcla
lo real con lo soñado o lo imaginado. Lo rodean otros personajes, algunos
repulsivos, otros atractivos, otros que mezclan ambas cualidades, que giran y
se agitan desordenadamente y contribuyen a la turbación del personaje, y del
lector con él.
Pese a su título y a su relación evidente con la literatura fantástica, El Golem no es un libro de terror; su lectura no es fácil, y resulta, en ocasiones, complicado seguir el desarrollo de la historia, si es que hay alguno. La actitud correcta con la que enfrentarse a esta novela probablemente es, diría yo, la misma con la que hay que intentar penetrar un poema surrealista. Si se consigue superar la confusión inicial y aceptar las reglas propuestas por Meyrink, El Golem se transforma en una novela fascinante, una experiencia única para el lector.
Pese a su título y a su relación evidente con la literatura fantástica, El Golem no es un libro de terror; su lectura no es fácil, y resulta, en ocasiones, complicado seguir el desarrollo de la historia, si es que hay alguno. La actitud correcta con la que enfrentarse a esta novela probablemente es, diría yo, la misma con la que hay que intentar penetrar un poema surrealista. Si se consigue superar la confusión inicial y aceptar las reglas propuestas por Meyrink, El Golem se transforma en una novela fascinante, una experiencia única para el lector.
No hay comentarios:
Publicar un comentario