Ficción y realidad, pasado y presente, y vida y muerte se entrecruzan en
una película que aborda el difícil cosmos femenino desde una complejidad realmente
prodigiosa. La cinta comienza en Sussex durante 1941, en el mismo instante en
que la novelista Virginia Woolf llena sus bolsillos de piedras y acaba con su
existencia en el fondo del río. Desde ese instante, tres vidas, tres mujeres y
tres épocas diferentes quedan vinculadas por la obra maestra de la escritora,
"Mrs. Dalloway". La propia Virginia Woolf en la década de los veinte,
Laura Brown, una ama de casa de los cincuenta y Clarissa Vaughan, una
neoyorquina de la época actual que organiza una fiesta a un poeta enfermo,
componen un desconsolado universo de infelicidad destructiva. Tres vidas en las
que la frustración y la apatía hacen ineludible la necesidad de vivir una
realidad ahogada por completo en el deseo de una existencia placentera, con la
aceptación de la diferencia como signo de plenitud
La magnífica "Las Horas" narra tres
vidas desposeídas de significado, tres mundos interiores de mujeres que viven
según las reglas prescritas por un mundo exterior que no les comprende, pero
que no coarta, ni obstaculiza. El muro infranqueable de la soledad es el motivo
que encierra en su tristeza a estos frágiles seres que viven la cotidianidad
con el deseo de rebeldía o de sueños imposibles como médula de su esperanza. En
ese círculo de negligencia emocional quedan fuera aquellas personas que, en el
fondo, significan la simplicidad de los sentimientos elementales que dan como
consecuencia la incomprensión de las tres protagonistas y que interpretan unos
excelentes Alison Janney, Claire Danes, Stephen Dillane o Ed Harris, personajes cercanos situados en una forzosa
lejanía sentimental. Esta infecundidad vital hace que las piedras de Virginia
Woolf sean extensibles a las píldoras de Laura o al prescindido amor de
Clarissa Vaughan.
Tres personajes a los que la felicidad estereotipada no les
satisface y asfixia sus verdaderos ideales en la abismal línea que separa el
bienestar de la desdicha, en la ambigüedad sexual en la que estos tres seres
aman intensamente sin encontrar la opción de expresar abiertamente lo que
sienten por miedo a perder la poca estabilidad que tienen. Sin embargo, en esta
lucha, la superación de esta contrariedad queda subsanada con el suicidio, la
huida y la aceptación en un final trágico que incuba en su interior una
glorificación del optimismo y del destino. Como en la propia intencionalidad
subversiva de Woolf, "Las Horas" podría verse como una oda al
verdadero sentido de feminismo moderno, entendido como la superación de la
mujer en la sociedad por obtener los objetivos morales y sociales entre los que
se encuentra la felicidad plena.
No hay comentarios:
Publicar un comentario