Del mismo modo que en El doble, la novela psicológica de
Fedor Dostoievski, el protagonista escinde su personalidad entre sus
deseos personales y sus frustraciones, en Enemy,
Adam (Jake Gyllenhall), un profesor universitario hastiado de su gris
vida cotidiana, descubre que Anthony, un actor mediocre, se le parece
excesivamente. La obsesiva búsqueda de su doble, la insistente necesidad
de encontrar en él rastros de su propia vida, llevan a Adam a realizar
un recorrido no sólo físico, sino también existencial. Estos dos hombres
tienen como contraparte a sus parejas. El profesor mantiene una
relación desmotivada con su novia Mary, mientras que el actor espera
junto a su celosa esposa Helen, a su primer vástago.
Si la novela nació en la mente de Saramago mientras se afeitaba
frente a un espejo, cobró la apariencia que hoy vemos en la pantalla
luego del encuentro enriquecedor de los tres protagonistas masculinos,
responsables de la película: su director, el guionista (Javier Gullón) y
el actor, quienes aportaron sus propias experiencias personales para
dotar a los personajes de características que pudiera permitirle al
filme deslindarse de la carga literaria que lo precede.
De "el espectador imaginario".
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