lunes, 18 de septiembre de 2017

WILLY RONIS Y EL COMPROMISO POETICO CON LA SOCIEDAD

Mercado de Marsella
Las clases más desfavorecidas y desestabilizadas encontraron siempre un lugar en la mirada del autor. “Su sensibilidad hacía el mundo laboral lo diferencia de los fotógrafos humanistas de la época, como Doisneau, Boubat o Izis”, destaca Gili. “Es un hombre muy implicado en la voluntad de un cambio social. No se queda en el intento de unificar la humanidad bajo azucarados lemas que hablan de la bondad intrínseca del ser humano, sino que se aprecia en él una voluntad real de lucha y de reivindicación de los derechos humanos”. Cubrirá, como encargos para distintas publicaciones, los conflictos de Citroën o Renault, y documentará entre otros a los trabajadores textiles de la Alsacia y a los mineros de SaintÉtienne. Sus proyectos no glorifican la esperanza ciega en el ser humano, como intentaba preconizar la mítica exposición The Family of Men, organizada por Steichen en 1955, y en la que participó Ronis.


Mujeres trabajadoras en la Citroen






COMPLICIT,EL PRECIO DE LA TECNOLOGÍA---Heather White y Lynn Zhang

NUEVA YORK – Igual que millones de hombres y mujeres de la China rural, Yi Yeting viajó hasta las ciudades costeras para tener mejores oportunidades de empleo. En Shenzhen- una metrópolis del sudeste que limita con Hong Kong- Yi encontró trabajo en una gran fábrica estatal.
Dos años después de trabajar allí, cuando solo tenía 24 años de edad, los médicos le dijeron a Yi que tenía leucemia como resultado de una larga exposición al benceno, un químico tóxico de olor dulce que en Estados Unidos y otros países desarrollados está estrictamente regulado. En China, Yi lo estuvo respirando todos los días.
Yi y otras víctimas chinas de las cadenas de suministro mundiales para productos que van desde contenedores de carga hasta los iPhones de Apple son el foco de “Complicit”, un nuevo documental de las directoras Heather White y Lynn Zhang. Además de presentar los testimonios de decenas de víctimas e informes periodísticos de medios de comunicación chinos y extranjeros, el film también incluye filmaciones realizadas por activistas encubiertos.
Tal como el film señala, el 90% de los productos electrónicos para el consumidor se producen en China. Muchas de las fábricas como Foxconn, el mayor fabricante de electrónicos del mundo y uno de los proveedores de Apple, emplean trabajadores migrantes que dejaron sus pueblos natales para encontrar empleos mejores pagos. Las estadísticas oficiales contaron más de 280 millones de trabajadores migrantes en 2016, muchos de ellos adolescentes.

domingo, 10 de septiembre de 2017

MANUAL DE CINE PARA PERVERTIDOS--SLAVOJ ZIZEK

A lo largo del documental Zizek analiza películas tan distintas como ‘Alien 3, dirigida por David Fincher,o ‘Dogville, de Lars Von Trier. De esta última dice, por ejemplo, que “no sólo habla de la fe, en el sentido de si la gente es creyente o no, sino del lugar que ocupa la religión hoy en día, pero también trata de cómo hacer que la gente siga creyendo en la magia del cine”.


El filósofo utiliza diversos fragmentos de películas (con especial atención al cine de Lynch, Kieslowski, Tarkovski o Chaplin) para ilustrar algunos conceptos lacanianos, sin duda su mayor referente en el campo del pensamiento. Así, parte de ‘Psicosis’ y de la estructura espacial de la casa de Norman Bates en tres pisos (planta baja, piso superior y sótano) para releer la película como una representación del yo, el superyo y el ego. La voz de la madre de Bates, por su parte, se despliega como una voz acusmática, un elemento autónomo, sin cuerpo (o en busca de uno), que trascendería la concepcion de sujeto convirtiéndose en una entidad intrusiva, extraña.

EL VERDUGO--LUIS GARCIA BERLANGA


Cultura|

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Lunes 09/09/2013. Actualizado 10:21h.
CINE | Luis García Berlanga

'El Verdugo', 50 años de una obra maestra del humor negro

Fotograma de la película.Fotograma de la película.
Efe | Madrid
Actualizado domingo 08/09/2013 13:42 horas
 
Lo que hace de ella una obra maestra es que se trata de una historia universal sobre "la facilidad con que el hombre acaba cediendo a los condicionamientos sociales, se traga los elementales cebos que las circunstancias le tienden y queda sujeto a las garras de un estado de vida que no es el que íntimamente habría deseado", en palabras del director.Resultado de imagen de el verdugo
Cuando Luis García Berlanga estrenó "El verdugo" en el Festival de Cine de Venecia en septiembre de 1963, un suceso de última hora convirtió la película en un alegato de máxima actualidad contra la pena de muerte.
Unas semanas antes, el 17 de agosto, los anarquistas Enrique Granado y Joaquín Delgado fueron ejecutados mediante garrote vil, acusados sin pruebas de un atentado terrorista en Madrid.
Aún estaba reciente el fusilamiento del comunista Julián Grimau y al régimen franquista le quedaba una década de ejecuciones por delante.
El guión de Rafael Azcona y Berlanga contaba la historia de un joven empleado de funeraria (Nino Manfredi) que, para no perder el piso de protección oficial en el que vivía la familia, se ve obligado a suceder a su suegro (Pepe Isbert), que se jubila, en el oficio de verdugo.
La película recibió unos cortes previos, según ha contado el propio Berlanga, pero sorprendentemente pasó la censura en España.
El embajador remitió una carta al ministerio de Exteriores en la que definía "El Verdugo" como "uno de los mayores libelos que jamás se han hecho contra España".
Cuando el director de "Bienvenido Mister Marshall" llegó a Venecia, la delegación española había abandonado el festival en señal de protesta. Berlanga se llevó el Premio de la Crítica Internacional, pero no pudo volver a dirigir hasta 1967.
Antonio Gómez Rufo, autor de varios libros sobre el maestro valenciano, explica la habilidad de Berlanga para sortear la censura, siempre con humor socarrón e imaginación, y cómo al final lograba hacer el cine que quería hacer.
"Afrontaba los problemas desde una perspectiva tan estrafalariamente social, tan irónicamente ingenua, tan sarcásticamente inocente y tan desvergonzadamente agresiva que lo que menos se podía cruzar por la cabeza de los censores era que aquel cine quisiera decir algo, que tuviera una intención secundaria subversiva", ha dicho.
Con todo, "El Verdugo" es más que un alegato contra la pena de muerte, más incluso que un testimonio de la España pobre y amordazada del franquismo.