miércoles, 27 de febrero de 2013

SERAPHINE(Martin Provost)


El talento artístico puede brotar en los lugares más insospechados, aunque hurgando en la vida del protagonista siempre se encontrará mucho trabajo y una permanente inquietud teñida de algo de excentricidad. Eso es lo que hace el francés

De manera paulatina y sin estridencias, con un tono comedido y casi imperceptible, el espectador asiste al deslumbramiento/caída de la pintora y percibe el abismo que se abre entre ella y el mundo. La mirada de Uhde sirve tanto para vislumbrar esa pureza del “arte primitivo” que la modernidad redescubre como para conmoverse con el desquiciamiento de su autora. Provost logra con todo una película artística, apoyada sobre una puesta en escena ajustada al tema, de tempo contemplativo y sin concesiones dramáticas gratuitas y fáciles. Intimista pero nada sensiblera, fotografía y música encuentran en la soberbia interpretación de Yolande Moreau el contrapunto perfecto para transmitir un estado del espíritu.

Una buena película premiada por Francia nada menos que con siete premios César, incluidos el de Mejor Película, Mejor Guión Original y Mejor Actriz Principal. Gustará a los amantes del cine artístico y el drama íntimo y silencioso, a los que no les importe la lentitud del relato ni esperen vidas exaltadas, porque sus imágenes están impregnadas de delicadeza y sensibilidad, de inquietud y humanidad.


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